Nacida en la localidad japonesa de Nagoya y formada en las escuelas más importantes de París, Etsuko Hirose posee una dilatada carrera casi desde la cuna, ya que su primera actuación la hizo a los seis años interpretando el Concierto para piano n.º 26 de Mozart con orquesta. Es una de las estrellas mediáticas más importantes de la música clásica de Japón, y en su trabajo, además de encontrar excelentes interpretaciones de artistas rusos, destaca su destreza y virtuosismo con la obra de Chopin, en especial sus nocturnos.