Suite para violonchelo n.º 1 en sol mayor
Las suites para violonchelo solo de Bach nos permiten escuchar lo que era esencialmente música para otros músicos. Al mismo tiempo, el “Preludio” de la Suite n.º 1 en sol mayor no está exento de un toque de dramatismo teatral. Comienza, como los primeros preludios de El clave bien temperado, con patrones amplios y aterciopelados que desarrollan sencillas secuencias de acordes. Hacia la mitad, sin embargo, el violonchelo se libera en un viaje musical que se acerca al clímax con pequeños pasos melódicos antes de galopar hasta la cadencia final. La “Alemanda” que sigue apenas conserva rastro de su origen en la danza, mucho más evidente en la “Giga”, donde Bach vuelve a las estructuras asimétricas tan abundantes en su obra: la segunda mitad dura el doble que la primera y sugiere un final cromático similar al de la primera antes de tomar una nueva dirección. Sobre las Suites para violonchelo de Bach Las obras a solo, especialmente para violonchelo, eran poco frecuentes en la época de Bach y normalmente se improvisaban sin partitura. Sus Suites para violonchelo (BWV 1007-12), compuestas en la corte de Köthen entre 1717 y 1723, siguen un patrón similar, con un preludio y un par de danzas modernas (minuetos, bourrées o gavotas) integradas en la suite tradicional de alemanda, corrente, zarabanda y gigue. Publicadas en 1825, no alcanzaron su popularidad actual hasta que Pau Casals las grabó más de un siglo después.
