- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2005 · 3 piezas · 23 min
Concierto para violín n.º 3 en sol mayor
Por su brillantez inventiva, el Concierto para violín no. 3 en sol mayor es, sin duda, una de las mejores obras instrumentales de finales del siglo XVIII. Mozart lo compuso en septiembre de 1775 con tan sólo 19 años, lo que constituye un logro asombroso dada la madura mezcla de equilibrio formal, retórica elocuente, matices refinados y lirismo sublime. Su manejo de la forma sonata en el primer movimiento ofrece una visión de su habilidad para elaborar una melodía principal memorable al instante y desarrollarla de múltiples maneras sin oscurecer su identidad original. El “Adagio” central se desenvuelve en forma de aria da capo, una distribución tripartita reducible al más simple de los esquemas A-B-A. Su estructura sostiene una melodía de violín solista de una belleza exquisita, un espejo demasiado raro de la perfección humana aderezado por la adición de dos flautas a la orquesta. La creatividad no decae en el delicioso final “Rondeau – Allegro” del concierto, que incluye un episodio contrastante en sol menor seguido de otro basado en una danza folclórica conocida al parecer por Mozart como “la melodía de Estrasburgo”.