- SELECCIÓN EDITORIAL
- 1987 · 11 piezas · 1 h 25 min
Sinfonía n.º 2 en do menor
Nadie podría culpar a Mahler de falta de ambición. La Sinfonía no. 2, “Resurrección” (1888-1894), concebida para grandes coros y orquestas, comienza con un inconfundible retrato de la muerte (una de las marchas fúnebres más sombrías del austriaco) y finaliza con un himno a coro dedicado a la resurrección y la vida eterna. En su parte media, la obra traza un viaje apasionante a través del terror, el amor, la pesadilla existencial y una evocación espectacular del Día del Juicio Final, antes de cerrar con una afirmación. Inspirado en Beethoven y Wagner, Mahler recurre a procesos abstractos como un desarrollo temático para crear música que no sólo parece contar una historia emocionante, sino que incluso nos invita a formular conclusiones filosóficas. ¿Qué clase de historia es esta? En una ocasión, el compositor insistió en que el simbolismo religioso del himno coral no debía tomarse al pie de la letra. Era un mensaje para el aquí y ahora, una invitación a vivir plenamente esta vida. Sin embargo, al escuchar las voces en grupo gritando extasiadas las palabras “a Dios, a Dios…” en el intenso crescendo final, es difícil resistirse a la idea de que Mahler lo dijera en serio. No obstante, esos cuestionamientos son para después del concierto. Mientras suena la música, es más sencillo abandonarse a su abrasadora narrativa emocional, así como deleitarse con su riqueza y poder imaginativos.