- SELECCIÓN EDITORIAL
- 1985 · 6 piezas · 18 min
Partita para teclado n.º 1 en si bemol mayor
La Partita no. 1 fue la primera en aparecer impresa (1726), aunque debe haber sido la tercera o cuarta que se compuso. Bach quería comenzar su opus 1 con algo accesible y atractivo, y su primera partita es ciertamente la más abordable de las seis. Su obertura “Praeludium” elabora escalas ascendentes y descendentes con delicadeza y recuerda preludios similares en El clavecín bien temperado (fa mayor sostenido, la bemol mayor, si mayor). La “Alemanda” es una pieza a todo motor, imparable en su ímpetu, aunque no pretende ser una pieza a alta velocidad. Ambas, la “Courante” y el primer “Minueto” siguen su rumbo con una figuración ininterrumpida. La “Zarabanda” se desarrolla con gran elegancia y mucha ornamentación escrita, bajo la cual el ritmo tradicional, con su estrés en el segundo compás, resulta claramente audible. La “Giga” final retoma el ritmo intenso sin cortes de las danzas anteriores, con la ingeniosa adición de un cruce de manos, en la que la izquierda, que salta, toca a la vez la melodía y el bajo. Acerca de las partitas de Bach Bach publicó individualmente sus Seis partitas entre 1726 y 1730, y más tarde todas juntas como su opus 1 en 1731, dando forma a la primera parte de su Clavier-Übung (Práctica de teclado). Las Partitas son suites de teclado que siguen la secuencia tradicional de las danzas (alemanda, courante, zarabanda, giga), pero se distinguen por movimientos de apertura diferentes y novedades que se agregan hacia el final de cada una. La variedad fue su principio rector en todo momento, no sólo para atraer al público, sino también para permitirle a Bach mostrar toda su gama estilística: ampliar los límites de las formas de danza conocidas, para que no haya dos iguales. Estas obras establecieron la reputación de Bach como un compositor para teclado, no apto para dedos principiantes, sino para intérpretes que se lo toman con seriedad.