

Maurice Ravel era un artesano meticuloso, pero en su único cuarteto de cuerdas consiguió crear algo de una expresividad natural, idiomática y perfectamente adecuada para el ensamble de dos violines, viola y violonchelo. Andrew Yee, cofundador y violonchelista de Attacca Quartet, cuenta a Apple Music Classical: “Hay pocas obras en nuestro repertorio que, cada vez que las retomamos, me emocionan más que la vez anterior. Es simplemente una de esas piezas en las que puedes profundizar una y otra vez sin que jamás pierda su encanto”. La también cofundadora del cuarteto, Amy Schroeder, añade: “Esta pieza es perfecta para que la toquemos porque somos, creo yo, un cuarteto de individuos, más que un cuarteto de personas que intentan ajustarse a un mismo molde. Esta obra está escrita de esa forma: tiene momentos de gran cohesión y un sonido de conjunto hermoso, pero al mismo tiempo es muy equilibrada en la distribución de los solos y las líneas musicales. Sólo espero que, al escucharla, el público pueda conocernos un poco mejor a cada uno y descubrir nuestras personalidades”. Desde el inicio, se percibe la frescura con la que Attacca aborda esta obra tan querida y ampliamente grabada. En lugar del habitual comienzo abrupto, que da la impresión de irrumpir en plena música, el cuarteto deja que la música tome impulso de manera natural, como un tren que empieza a moverse al salir de la estación. En ese movimiento, los violines de Schroeder y del integrante más reciente del cuarteto, Dominic (“Dom”) Salerni, se complementan a la perfección en tono y fraseo expresivo al intercambiar el tema entre ellos. Es una interpretación llena de carácter, espontaneidad y, al mismo tiempo, precisión. No sorprende saber que, aunque la grabación se realizó a tiempo para el 150 aniversario del compositor, la visión de Attacca sobre esta obra ha madurado durante décadas. “Llevamos 22 años trabajando en nuestra interpretación”, dice Yee, quien señala que el cuarteto ha pasado por varios cambios de integrantes desde su fundación: “En muchos sentidos, nuestra interpretación del cuarteto de Ravel trasciende a los cuatro que lo interpretamos. Sólo existe porque cada miembro, tanto actual como pasado, ha aportado su visión y ha contribuido a dar forma a nuestra comprensión de la obra”. El repertorio que interpretaron en años anteriores también ha dejado su huella, como explica Schroeder: “Creo que la música de Ravel abarca prácticamente todos los estilos imaginables dentro de un cuarteto de cuerdas. Uno de los proyectos que sin duda moldeó nuestra manera de abordar los gestos musicales fue la interpretación de los 68 cuartetos de Haydn hace años. A partir de esa experiencia, aprendimos a darles forma y luego los aplicamos al cuarteto de Ravel”. La música contemporánea también tuvo un papel clave en su desarrollo, en particular los cuartetos de la compositora estadounidense Caroline Shaw, cuyas grabaciones hicieron que Attacca ganara dos premios Grammy. “El cuarteto de Ravel crea un sonido armónico único, con una armonía a cuatro voces en su forma más pura”, señala Schroeder. “En ese sentido, haber interpretado muchas obras de Caroline Shaw nos ha sido invaluable, ya que implica tocar sin vibrato y buscar la mayor cantidad posible de armónicos. Era un aspecto que definitivamente queríamos destacar en el Ravel, porque sus armonías son excepcionales”. Además del deslumbrante trabajo de conjunto en el segundo movimiento, con sus brillantes episodios de pizzicato, y del final vertiginoso y apasionado, el tercer movimiento revela una música delicada y profundamente expresiva. Lo más notable es cómo las distintas interpretaciones de los miembros de Attacca sobre este movimiento se entrelazan para dar forma a una versión cohesionada, pero a la vez rica en matices, en la que cada uno aporta su propia perspectiva. Las diferencias en la interpretación de este movimiento se hacen evidentes al contrastar las visiones de Schroeder y de Nathan Schram, el violista del cuarteto. Para Schroeder, es “una combinación entre una fantasía y una meditación”. Explica que su estructura se sostiene sobre esos momentos meditativos très calme, de los cuales emergen hermosas fantasías oníricas con variaciones, para luego volver a la misma atmósfera contemplativa. Para Schram, en cambio, el movimiento tiene un significado mucho más conmovedor: “Para mí, es un largo adiós, como despedirse de un familiar o alguien querido. También hay enojo y frustración por tener que decir adiós cuando no quieres, cuando no estás listo”. Schram se refiere al momento en que el violonchelo de Yee, con su sonido profundamente resonante, irrumpe a mitad del pasaje y transforma la atmósfera. Sin embargo, añade: “Eso es lo maravilloso de la música, y de la música instrumental en particular: puede significar cosas distintas para cada persona y, aun así, podemos interpretarla juntos de una manera hermosa”.
14 de marzo de 2025 4 piezas, 30 minutos ℗ 2025 Attacca Quartet, under exclusive license to PLATOON LTD
SELLO DISCOGRÁFICO
PlatoonEn este álbum
Producción
- Alan BiseProducción
- Dave McNairIngeniería de mezcla, Ingeniería de masterización