Contratenor

Mucha gente se sorprende al escuchar por primera vez la voz dulce y aguda de un contratenor. Ciertamente, se trata de un registro inusual que durante mucho tiempo fue prácticamente desconocido. En las órdenes religiosas masculinas de la Edad Media, el hecho de que los hombres cultivaran su falsete tenía su sentido, aunque era y sigue siendo una técnica poco frecuente y muy compleja. Los castrati, hombres castrados antes de la pubertad para preservar su voz infantil, lograron un registro muy similar desde su aparición hasta su declive en el siglo XIX. Afortunadamente, un verdadero contratenor es capaz de interpretar las mismas partituras que un castrato sin tener que recurrir a métodos tan drásticos. La recuperación de la ópera barroca a mediados del siglo XX supuso un renacimiento para este singular registro vocal, gracias a grandes papeles que van desde príncipes como el Nerón de La coronación de Popea de Monteverdi hasta héroes como los protagonistas de las óperas Rinaldo y Giulio Cesare de Handel, pasando por figuras mitológicas de la talla del Orfeo de Gluck. El inigualable sonido de la voz del contratenor, en ocasiones excéntrico y casi sobrenatural, ha sido también ampliamente aprovechado por compositores modernos como Thomas Adès, Benjamin Britten o Philip Glass.