Dos de los coros más importantes de Londres, los de la London Symphony y la London Philharmonic, unen sus fuerzas con el bajo operístico Vitalij Kowaljow para ofrecer esta interpretación sumamente dramática y estremecedora de las poderosas adaptaciones de Shostakovich de la obra de Yevgeny Yevtushenko. Entre ellas se incluye el homenaje del poeta a los judíos masacrados por los nazis en Babi Yar, un tema tabú en la Rusia soviética, en el que la disciplinada y refinada London Symphony Orchestra, dirigida por Gianandrea Noseda, alcanza un clímax inolvidable y horripilante.