A punto de cumplir 60 años, Nigel Kennedy puede presumir de una de las carreras más singulares del panorama clásico. Desde sus primeros álbumes, el violinista desafió los límites del género clásico y llevó algunas de las grandes obras del repertorio al gran público. Inspirado por mentores como Menuhin o Stern, en My World presenta por primera vez sus propias composiciones, un caleidoscopio sonoro en el que caben secciones de cuerda, piano y hasta una banda de rock.