Schubert escribió sus mejores obras con 31 años, entre ellas dos tríos de piano. El segundo, en mi bemol mayor, es el más oscuro de los dos y el que encontramos en este álbum. Busch Trio captura su complejidad emocional y se sumerge en las profundidades del épico primer movimiento con genial intensidad, pero también brilla en los momentos de calma. El segundo movimiento, Andante, tiene una de las mejores melodías de Schubert, con el violonchelo bailando sobre un acompañamiento de piano. Juntos, expresan belleza y dolor en un equilibrio agonizante. El Allegro final atraviesa una vertiginosa diversidad anímica, de la tristeza a la alegría, y de la nostalgia a la gravedad. Las dos piezas que complementan el trío nos acercan al joven Schubert, lleno de esperanza y energía irrefrenable.