Riccardo Muti ha grabado muy poca música de compositores vivos, lo que hace de este álbum uno de los más singulares de su extensa discografía. El plato principal es la Sinfonía n.° 11 que Philip Glass terminó en 2017, cumplidos los 80 años. Sus tres movimientos transcurren entre característicos ritmos palpitantes y texturas superpuestas que la Sinfónica de Chicago traduce con su precisión habitual. El vibrante Hymn for Everyone de Jessie Montgomery pone en primer plano la elocuencia de las cuerdas, mientras que la mezzo Elizabeth DeShong suena imponente en la emotiva Three Lisel Mueller Settings de Max Raimi. Muti dirige con tono mesurado e ilumina la arquitectura diáfana de un programa audaz que se aleja de su usual repertorio.