El preludio nació hace tres siglos como una obertura grandiosa y casi improvisada para una obra mayor. Luego quedó relegado a un segundo plano durante el periodo clásico, hasta que Chopin lo rescató, completando su célebre ciclo de 24 preludios en 1839. Desde entonces, se ha convertido en un formato en el que los compositores pueden expresarse con libertad y concisión, sin ataduras formales.
Es un género que claramente fascina a Mao Fujita. Su EP 6 Preludes, que continúa la exploración que emprendió en 2024 con tres ciclos de 24‑preludios de Chopin, Scriabin y Akio Yashiro, reúne breves obras pianísticas de Ravel, Franck, Mompou, Rachmaninov, Busoni y Alkan. “Elegí piezas en las que la personalidad del compositor se aprecia incluso en este formato tan breve”, cuenta Fujita a Apple Music Classical. “Quería entender qué valora cada autor y qué hace que su música resulte tan atractiva”.
Cada preludio, añade, le permite explorar distintas facetas expresivas de su interpretación: “Me encanta pensar en qué color utilizar”, dice. Ravel se muestra tan conciso como siempre en su “Prélude”, destilando su estilo en poco más de un minuto, mientras que Franck ofrece una de sus melodías más queridas. Busoni y Alkan invocan sendos guiños dieciochescos, y Rachmaninov entrega algo más cercano a un nocturno de Chopin. Pero es el remanso de paz de Mompou lo que más cautiva a Fujita. “Tiene un sonido especial, como si hablara desde un lugar más allá de este mundo”, comenta. “Y la forma en que la pieza se desvanece al final es también muy hermosa”.