Alejado de visiones litúrgicas convencionales, el Réquiem de Brahms se presenta como un himno a la humanidad, una meditación serena sobre el consuelo y la esperanza. Raphaël Pichon y el conjunto Pygmalion trazan una lectura de gran refinamiento expresivo, donde el equilibrio entre voces e instrumentos históricos crea una sonoridad cálida, íntima y hondamente conmovedora, revelando nuevas dimensiones de esta obra singular.