12 Estudios

Op. 25

Finalizados en 1851, los Estudios de ejecución trascendental de Liszt experimentaron un largo proceso de desarrollo hasta alcanzar su forma definitiva. En 1826, cuando ya era una sensación como joven prodigio del piano en París, Liszt compuso su Estudio en doce ejercicios, S. 136, un conjunto de ejercicios bastante sencillos desde el punto de vista técnico que alternaban tonalidades mayores y menores. Once años después, convertido ya en el compositor y pianista más brillante de la época, revisó y amplió esta serie, transformándola en sus 12 Grandes estudios, S. 137 y dotándola de una gran dificultad técnica. Pero no se detuvo ahí, y volvió a revisitar las partituras hasta convertirlas en la obra definitiva. Liszt recortó parte del material y redujo ligeramente las demandas técnicas, aunque estas siguen siendo impresionantes. Además, otorgó a cada estudio un título descriptivo o poético. Este conjunto incluye algunas de sus composiciones más inspiradoras, notables por la potencia musical y la amplitud de su imaginación. Un ejemplo emblemático es el n.º 4 en re menor, “Mazeppa”, inspirado en un poema de Victor Hugo sobre un cosaco capturado y atado desnudo a un caballo salvaje que es liberado para galopar descontroladamente por la llanura. Otras piezas destacables son las desafiantes “Feux follets” (Fuegos fatuos), la tumultuosa “Wilde Jagd” (Cacería salvaje) y la evocadora “Chasse-neige” (Quitanieves).

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