Suite para violonchelo n.º 6 en re mayor
Las diferencias de longitud y estilo sugieren que Bach compuso sus tres últimas suites para violonchelo años después de terminar las tres primeras. Mientras la N.º 5 requiere una afinación inusual, la N.º 6 en re mayor precisa además una versión del instrumento, con una quinta cuerda adicional. El “Preludio” arranca con la exuberancia de una giga y sus secuencias y melodías aprovechan el registro agudo que ofrece la quinta cuerda. En la alemanda, más extensa que cualquiera de las anteriores, abundan sofisticadas filigranas que la acercan al terreno del aria. La contemplativa “Zarabanda”, tan sobria en lo melódico como compleja en sus armonías, es casi imposible de tocar con un violonchelo moderno. Por último, las tres octavas que abarca la “Giga” ponen a prueba el virtuosismo del solista con acrobáticos movimientos de dedos y arco. Acerca de las Suites para violonchelo de Bach Las obras para un instrumento solista sin acompañamiento, especialmente el violonchelo, eran poco frecuentes en la época de Bach y normalmente se improvisaban sin partitura. Sus Suites para violonchelo, compuestas en la corte de Köthen entre 1717 y 1723, siguen una estructura similar, con un preludio y un par de danzas modernas (minuetos, bourrées o gavotas) integradas en la suite tradicional de alemanda, corrente, zarabanda y giga. Publicadas en 1825, no alcanzarían su popularidad actual hasta que Pau Casals las grabase más de un siglo después.