12 danzas húngaras

Sus giras junto al virtuoso del violín Eduard Reményi durante la década de 1850 hicieron que Brahms descubriera y se sintiera cautivado por la música romaní húngara. Incluso llegó a integrar elementos de su característico lenguaje musical en sus composiciones e improvisar al piano en reuniones sociales imitando su estilo. Inicialmente, el compositor alemán no tenía intención de trasladar al papel dichas improvisaciones, pero su editor intuyó su enorme potencial comercial y acabó convenciéndolo para que lo hiciese. Así, entre 1869 y 1880, Brahms presentó las Danzas húngaras, de las cuales la primera y la quinta se convirtieron inmediatamente en grandes éxitos. Brahms escribió estas piezas para ser interpretadas por un dúo en un único piano, pero existen numerosos arreglos posteriores para diversas combinaciones instrumentales. Entre ellos destaca la transcripción del compositor de las diez primeras danzas para piano solista y la orquestación de todo el conjunto llevada a cabo por varios arreglistas, donde se incluyen la instrumentación de Brahms de tres de las danzas y la transcripción de las cuatro últimas que llevó a cabo su amigo y colega Dvořák.