El guitarrista Gordon Grdina y el pianista Benoît Delbecq han formado uno de los dúos más audaces del jazz europeo desde 1996. En Ghost Lights colaboran con dos viejos conocidos, el batería Kenton Loewen y el clarinetista François Houle. Apoyado en bases electrónicas y ritmos cercanos a la música africana, el cuarteto despliega un sonido que combina los pasajes improvisados con estructuras cartesianas, siempre de forma sutil y en desarrollos de engañosa calma.