Scheherazade es no sólo la obra maestra de Rimski-Korsakov, sino una de las obras mejor orquestadas de la historia de la música, plena de expresividad al servicio de un relato oriental que nos sigue cautivando. Sin Rimski no entenderíamos ni a Ravel ni a Stravinsky. El hasta hace poco director titular de la Filarmónica de Nueva York, Alan Gilbert, nos ofrece, en grabación en vivo, una versión de ricas texturas en la que florece plenamente el espíritu del compositor a la hora de traducir la literatura en música con la inestimable ayuda del concertino de la orquesta, Frank Huang, en su decisivo papel narrador.