La música de los años veinte en Berlín fue una reacción a la conflictiva atmósfera política de la ciudad. La nueva generación de compositores abandonó la vieja tradición en favor de una embriagadora mezcla de cabaret, serialismo dodecafónico y jazz neoyorquino. Con el dramaturgo Bertolt Brecht como inspiración, compusieron música sorprendentemente original, a menudo hermosa, con mensajes audaces y anárquicos. La voz rica y seductora de Marion Rampal y sus exquisitos acompañantes rescatan brillantemente a los mejores de ellos, desde la declaración antifascista Nein de Hanns Eisler y el tributo de Kurt Weill a Rosa de Luxemburgo hasta la desenfrenada demolición de Hindemith de una obertura de Wagner, el compositor favorito de Hitler.