En Time, el compositor sueco Jacob Mühlrad explora su judaísmo desde diferentes ángulos. Antes de nada, su espiritualidad profunda y un hondo sentido de pertenencia se hacen evidentes en las voces abrumadoras del fabuloso coro de la Radio Sueca, que celebran el amor a Dios del rey David en “Anim Zemirot”. La pieza más extensa, “Time”, regresa a la Torre de Babel para expresar el ardiente deseo de comunicación del ser humano más allá del lenguaje. En “Kaddish”, una reflexión sobre el Holocausto, la densa belleza de las armonías habla de dolor, pero también de alegría y esperanza. Mühlrad se revela aquí como un compositor al que nadie debería perder la pista.