El primer álbum de la Sollazzo Ensemble nos transporta al siglo XIV y la Italia de los trovadores. Estas canciones morales condenan lacras sociales como el chismorreo y la deslealtad, pero lo hacen con un ingenio travieso que acompañan a menudo con música de abrasadora belleza. Muchas son anónimas, pero otras nos descubren a compositores como Paolo da Firenze y Francesco Landini, autores de melodías y armonías complejas que, dentro de la sonoridad etérea del lenguaje medieval, sorprenden una y otra vez con su libérrima imaginación. Es difícil imaginar versiones más vibrantes de esta música.