Florence Price se convirtió en la primera compositora afroamericana en estrenar una sinfonía con una gran orquesta estadounidense cuando la Sinfónica de Chicago interpretó su N.º 1 en 1933. Casi 90 años después, la Orquesta de Filadelfia, otra de las grandes formaciones de Estados Unidos, vuelve a llevar su música al centro del escenario. Y es música deliciosa, recorrida por una inocencia cautivadora y un aire folclórico. Los vientos y las maderas suenan a gloria. La Sinfonía n.º 3 (Symphony No. 3, 1938-40) muestra la evolución de Price como compositora y una nueva confianza con las orquestaciones. Aquí, los metales juegan un papel más importante y reflejan la influencia de Wagner. Es difícil imaginar mejores interpretaciones o una grabación más vibrante.