La orquesta Hallé concluye el ciclo de sinfonías de Ralph Vaughan Williams con dos de sus obras más enigmáticas, bajo la dirección de Sir Mark Elder. Su interpretación de la gélida Sinfonía n.º 7, proviene de la banda sonora que Williams compuso para la película Scott of the Antarctic de 1948, y sin duda será comparada con la grabación de la Hallé bajo la dirección de Sir John Barbirolli, quien estrenó la obra en 1953. La versión de Elder es brillante, pues la soprano Sophie Bevan, el órgano portentoso y los extraños efectos de percusión son ejecutados con una claridad deslumbrante. La Sinfonía n.º 9 es igualmente impresionante y, aunque rara vez se interpreta, la reflexión de Williams sobre sus vivencias en la Primera Guerra Mundial combina la tradición pastoral inglesa con una sensación de inquietud que emerge como una emotiva declaración final.