Beethoven dedicó su novena y mejor sonata para violín a Rodolphe Kreutzer. En este nuevo arreglo, Colin Jacobsen ofrece un relato elocuente como solista, mientras que la orquesta da cuerpo a la escritura pianística en un acompañamiento completo, al estilo de un concierto. Por su parte, el Cuarteto de cuerda no. 1 de Janáček, llamado “Sonata Kreutzer” en honor a una novela de Tolstói, recibe un tratamiento similar, con una interpretación vívida y punzante de The Knights, un conjunto de Brookyln. Piezas más cortas de Colin Jacobsen y Anna Clyne completan un álbum de composiciones eclécticas.