Tras la grabación de las sinfonías Séptima (ALPHA932, Diapasón d’Or) y Octava (ALPHA987, galardonada con el premio a la Mejor grabación sinfónica del año, en los International Classical Music Awards) de Bruckner, Paavo Järvi y la Orquesta de la Tonhalle de Zúrich, concluyen su tributo al compositor austriaco con la entrega de la Novena en este año de su bicentenario. La historia de la orquesta está estrechamente ligada a Bruckner desde que en 1903 ofreciera la primera interpretación suiza de una de sus sinfonías, bajo la dirección de Richard Strauss. “La gran tradición clásica y romántica de la Orquesta de la Tonhalle de Zúrich la hacen ideal para Bruckner, el compositor central de las orquestas sinfónicas modernas”, afirma Järvi. Bruckner compuso esta despedida musical en sus últimos años, en cuya partitura escribió la frase “un adiós a la vida”. La leyenda cuenta que aún trabajaba en ella el día de su muerte.