Julius Eastman terminó su obra orquestal de un solo movimiento, Symphony No. 2: The Faithful Friend: “The Lover Friend’s Love For The Beloved”, en 1983. Para su creación, el compositor estadounidense concibió paisajes sonoros dignos de otro mundo a partir de la utilización de una orquesta completa, enriquecida por la fuerza de una sección de instrumentos graves poco comunes: tres fagotes, tres clarinetes bajos, tres tubas, tres clarinetes contrabajos y seis timbales.
Recuperada a partir de una partitura manuscrita, la sinfonía explora el dolor de un amor perdido, en particular entre Eastman y su pareja. “Es una carta de ruptura sentimental. Eastman no la pasaba bien cuando la compuso”, explica la directora Dalia Stasevska a Apple Music Classical. En ese momento, el músico se encontraba en situación de calle y enfrentaba numerosos problemas al final de su vida. Probablemente la escribió mientras alguien, que tenía un piano, le permitió pasar la noche en su sofá.
“En mi opinión, su instrumentación inusual está diseñada para crear sonidos graves y resonantes como un zumbido a lo largo de toda la pieza. Tiene un timbre muy especial, es sumamente oscura y verdaderamente hermosa”, comenta la finlandesa.
El proceso de recuperación de los trabajos de Eastman ha sido complicado debido a los métodos de notación tan personales del compositor, que dificultan la interpretación exacta de sus intenciones musicales. Por lo tanto, esta pieza tiene un valor muy importante para la difusión de sus creaciones. “Es música que ha estado en el olvido y ha sido despreciada durante años”, agrega Stasevska. “Espero que todo el mundo se sienta inspirado por ella y que nos lleve a conocer más sobre Julius Eastman, su obra y su vida”.