Las interpretaciones de Khatia Buniatishvili de estos conciertos para piano atemporales destacan por su dramatismo en el mejor sentido, cargadas de emociones intensas, siempre dinámicas, siempre vibrantes. Lo más destacado son los contrastes infinitos, los matices de luz y sombra que ella y sus dedicados compañeros de la Academy of St Martin in the Fields extraen de las melodías de Mozart, dotando a cada tema de la personalidad y presencia de personajes de carne y hueso en una ópera.
Escucha, por ejemplo, cómo la solista y la orquesta se enfrentan al encanto inicial y a la introspección melancólica del Concierto para piano No. 20 en re menor, introduciendo un villano tragicómico, mitad demonio, mitad pícaro encantador. Buniatishvili ofrece una visión igualmente cautivadora del Concierto para piano No. 23 en la mayor, desplegando una impresionante riqueza expresiva con su instrumento, marcada por una espontaneidad imaginativa poco habitual y una imprevisibilidad absolutamente hipnótica.