Charles Gounod

Como ocurre con su contemporáneo Liszt, en la obra de Charles Gounod lo sagrado y lo voluptuoso compiten en protagonismo. Sin embargo, a diferencia de aquel, Gounod no formó parte de ninguna orden religiosa, aunque era profundamente creyente y la música eclesiástica ocupa un lugar destacado en su producción. Nacido en París en 1818, fue un gran admirador de Palestrina y de Bach, y a su vez influyó en compatriotas suyos como Bizet o Massenet. Sus canciones gozan de un don melódico instintivo (que compositores como Berlioz consideraron excesivamente dulzón), aunque su legado más perdurable hay que buscarlo en el género operístico: cinco años antes de su muerte en 1893, su Fausto había acumulado medio millar de funciones solo en la Ópera de París.