Adolphe Adam

Berlioz elogió la música del maestro de Adolphe Adam, Boieldieu, por su cautivadora elegancia parisina. El mismo cumplido sirve para su alumno, que comenzó escribiendo canciones de vodevil y afiló su instinto teatral en la banda del Gymnasie Dramatique. Nacido en París en 1803, Adam quería escribir música entretenida y fácil de entender, un deseo evidente en sus 36 óperas cómicas, ninguna más exitosa que Le chalet, con más de mil representaciones en las cuatro décadas que siguieron a su estreno en 1834. Sus partituras, ágiles y de ingenio efervescente, exigían una capacidad vocal extraordinaria: una de las arias de Le postillon de Lonjumeau lleva al tenor a un estratosférico re sobreagudo. Hoy es recordado sobre todo por su “Cantique de Noël” y los ballets Giselle y Le corsaire.