Trompa

La trompa ha recorrido un largo camino desde sus orígenes en los campos de batalla y las cacerías medievales. Su mecanismo es idéntico al de cualquier instrumento de la familia de los metales: una boquilla, un tubo de metal y una columna de aire que vibra en su interior a distintas frecuencias. Cuando el tubo, que puede tener hasta cuatro metros de longitud, se enrosca formando un círculo que permite llevarlo a caballo, su sonido se vuelve exuberante y salvaje, o más dulce y expresivo. A lo largo de los siglos, innovaciones como las envolturas intercambiables o las válvulas manuales han ido añadiendo matices a la voz de este instrumento sin menoscabo de su carácter indomable. Mientras que los maestros barrocos la utilizaron para evocar imágenes cortesanas y Mozart como mensajera de la alegría, Wagner, Strauss y otros románticos encontraron en la trompa la voz del heroísmo y, en su registro más dulce y melódico, un instrumento ideal para evocar anhelos sentimentales. Hoy, ocupa el centro de la sección de metales moderna y es un elemento clave en la personalidad sonora de las grandes orquestas del mundo.