Trompeta
Acerca de la trompeta
La trompeta ha existido en alguna de sus muchas formas desde el siglo XVI a. C., cuando su tamaño y volumen la convirtieron en llamada ideal para cacerías y batallas, un pasado que explica su uso histórico en pasajes declamatorios y triunfales. Los compositores la han empleado a menudo en los episodios más climáticos de sus partituras, pero muchas obras reflejan la versatilidad de su rango expresivo. Stravinsky entendió la tensión trepidante que crea una trompeta tenue en La consagración de la primavera y Verdi escribió pasajes de plácida belleza para el instrumento en su Réquiem. Como sucede con todos los metales, el sonido viene de la vibración de los labios alrededor de una boquilla de metal. Con años de práctica, es posible producir un amplio espectro de sonidos utilizando únicamente la tensión de los labios. La fuerza de los músculos faciales era aún más importante en las trompetas antiguas o trompetas naturales, que, al carecer de pistones o contar apenas con unos pocos agujeros, solo podían tocarse de esta manera. Sin embargo, basta escuchar algunas de las partituras para trompeta de Handel o Purcell para maravillarse con la agilidad de aquellos instrumentos. A finales del siglo XVIII, la llegada de los pistones permitió dirigir el flujo de aire a través de diferentes longitudes de tubo para producir distintos tonos en combinación con los labios. El Concierto para trompeta de Haydn fue una de las primeras obras en aprovechar las fabulosas posibilidades de este avance.
