Cuarteto de cuerdas en mi bemol mayor
Hob. III/38, Op. 33/2 · “Cuartetos rusos: Las bromas”
Aunque el humor es un ingrediente esencial y frecuente en la composición de cuartetos de Haydn, el Cuarteto para cuerdas no. 30 (Op. 32/2) ha ganado reputación por sus ocurrencias musicales y por ello se le conoce comúnmente como “La broma”. Su movimiento de apertura tiene un tono más genial que gracioso, con amables intercambios de conversación entre los instrumentos. El “Scherzo” hace eco de una danza campesina de zapateado, con una deliciosa imitación de un violinista rústico en el trío, complementada por una serie de notas que suenan achispadas. Inusualmente, el movimiento lento se abre con un dúo para viola y violonchelo, una melodía elegíaca interrumpida periódicamente por acordes cortantes que sugieren discrepancias. Pero cualquier atisbo de conflicto se disipa en la enérgica euforia del final. Y la broma del título del cuarteto llega a su fin: Haydn nos tienta repetidamente para asumir que la música ha terminado, sólo para que inesperadamente vuelva a empezar.