- SELECCIÓN EDITORIAL
- 1987 · 4 piezas · 48 min
Sinfonía n.º 5 en re menor
Dice mucho de Shostakovich que, tras la traumática denuncia de 1936 y durante el período de terrible aislamiento que le siguió, fuera capaz de componer una de sus mejores obras, la Sinfonía n.º 5 (1937). En ese momento, Shostakovich se enfrentó a una situación difícil. Si quería sobrevivir, debía componer una pieza de acuerdo con las demandas de las autoridades soviéticas, pero no podía imaginar sacrificar su integridad. La sinfonía es ciertamente más accesible y lírica, menos disonante que la sabiamente retirada Sinfonía n.º 4. Su final en clave mayor, realzado con fanfarrias, pareció convencer a los portavoces del Kremlin de que la expresión de emociones trágicas era aceptable, siempre que tuviera una resolución políticamente correcta. Ese final ha desatado controversia. ¿Es triunfante o sombríamente irónico? Shostakovich era, sin duda, un maestro de la ironía y la ambigüedad, sin embargo, es posible que se sintiera orgulloso de crear una obra tan magnífica. En cualquier caso, el público ruso reaccionó ante los elementos trágicos, especialmente con el hermoso movimiento lento. El estreno, en Leningrado, fue recibido con una ovación de media hora, con el director Yevgeny Mravinsky elevando la partitura en medio de un estruendoso aplauso.