- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2016 · 4 piezas · 32 min
Sinfonía n.º 5 en do menor
Quizás el motivo más famoso y reconocible de toda la música clásica sean las cuatro notas que dan comienzo a la formidable Sinfonía no. 5 de Beethoven, que se escuchó por primera vez en Viena en 1808. Dicen que Beethoven describió este motivo a su biógrafo como “el destino tocando la puerta” y hay quienes interpretan la obra como un desafío a la fortuna. Es fácil entender por qué, con ese glorioso final y su lluvia de estrellas en do mayor (la tonalidad principal de la sinfonía es do menor). Las ideas de la Quinta van mucho más allá. La Revolución francesa le había causado una gran impresión al compositor de 18 años con su mensaje de libertad, y Beethoven insinúa una canción rebelde en esta sinfonía, una obra que originalmente iba a ser la sucesora de la Sinfonía no. 3, conocida como “Heroica”. La Quinta nos lleva a través de un viaje impresionante, con la tensión reprimida del primer movimiento (“Allegro con brio”) y un segundo movimiento suave, liberado de toda preocupación. El tercero (“Scherzo”) reconstruye la tensión antes de que uno de los puentes más cautivadores y misteriosos en la historia de la música nos transporte al final, que estalla con su instrumentación revolucionaria de contrafagot, trombón y flautín, instrumentos que le agregan un sabor único. Sin duda, cualquier interpretación de esta sinfonía hará que tu corazón palpite a toda velocidad, pero una magistral te puede llegar al alma.