Sinfonía n.º 9 en re menor

Op. 125 · “Coral”

La idea de componer una sinfonía en re menor, la misma tonalidad del magnífico Réquiem de Mozart, se le ocurrió a Beethoven en 1811, pero completarla le llevó 12 años. El final fue la parte más difícil. No sabía si darle un cierre trágico y puramente orquestal o un movimiento coral basado en textos religiosos. Y ese mismo concepto coral se fusionó con un proyecto que había contemplado por años: musicalizar la “Oda a la alegría”, el himno a la libertad e igualdad de Friedrich Schiller. El problema era cómo justificar la decisión tan atrevida y sin precedentes de agregarle voces a una sinfonía. La solución de Beethoven fue hacer que la obra contara una historia que culminaría con la “Oda”. Comienza con un primer movimiento trágico, en el que las aspiraciones iniciales parecen ser aplastadas. Un scherzo cósmico y danzante presenta la luz de la esperanza en su trío central, donde la orquesta anticipa el segmento coral que aparecerá después. Este tierno y meditativo movimiento lento es interrumpido por fanfarrias que incitan a la acción. Una disonancia aterradora abre el movimiento final, desafiado por recitativos operísticos en chelo y bajo y, durante la segunda vuelta, la voz de un barítono: “Oh, amigos, no esos tonos”. Esto nos conduce a la famosa “Oda a la alegría”, ahora con un coro completo. Es una visión de la humanidad unida por la felicidad en un clímax de puro éxtasis. Quizás una metáfora de la libertad en épocas de represión. Ya se trate de una expresión de fe en la democracia, o un grito de esperanza, el resultado es simplemente abrumador.

Obras relacionadas

Elige un país o región

Africa, Oriente Medio e India

Asia-Pacífico

Europa

Latinoamérica y el Caribe

Estados Unidos y Canadá