Concierto para piano en la menor

Op. 54

Entre las obras del sorprendentemente productivo “año orquestal” de Schumann en 1841, aparecen tres piezas sinfónicas: la Sinfonía no. 1, la versión inicial de la Sinfonía no. 4, la Obertura, scherzo y finale y además, una obra en la menor titulada Fantasía para piano y orquesta. Esta última era una versión inicial de lo que se transformaría en el primer movimiento del Concierto para piano, completado cuatro años más tarde con un “Intermezzo” y un deslumbrante final. Un unísono orquestal da comienzo al concierto y el instrumento solista entra de inmediato, justo antes de que el oboe y el piano introduzcan el tema de tres notas que impregnan la obra para unificarla, bien sea representada en el ensueño romántico (el hermoso diálogo entre piano y clarinete) o en la marcha impaciente que cierra el movimiento. El “Intermezzo” transforma este tema musical y conduce, mediante los instrumentos de viento, al exuberante final. La esposa de Schumann, Clara, fue solista en los estrenos de Fantasía (en Leipzig) y el Concierto completo (en Dresde). Grieg la escuchó interpretando esta obra en 1858 y fue una gran influencia en su propio Concierto para piano, también en la menor, una década después. El concierto de Schumann se convirtió en uno de sus trabajos más interpretados regularmente y es considerado hoy como uno de los conciertos para piano fundamentales de la era romántica.

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