Carmen

Pocas óperas son tan populares con el público contemporáneo como Carmen de Georges Bizet, pero esto no siempre fue así. El estreno de Carmen en la Opéra-Comique de París en 1875 no fue exitoso y puede ser que las críticas negativas hayan apresurado la muerte de Bizet de un infarto tres meses más tarde. La trama de la obra, basada en la novela de Prosper Mérimée, era controversial para la gente de la época. Bizet había colocado en el escenario a personas de clase trabajadora, en lugar de las deidades, la aristocracia o las criaturas mitológicas de la tradición operística. La misma Carmen es sexualmente un espíritu libre y a su alrededor abundan una galería de criminales y supuestos admiradores. Mientras que el aroma a bajo mundo fue demasiado intenso para la ópera parisina del momento, la increíble música creada por Bizet triunfó en las salas de ópera del mundo. La colorida obertura, la “Habanera” de Carmen, la “Canción del toreador” de Escamillo; todos estos temas alcanzaron un nivel extraordinario de invención melódica. Aunque la historia de Carmen como mujer acosada y eventualmente asesinada por un amante despechado podría ser polémica en la era del movimiento #MeToo, directores han encontrado nuevas maneras de encuadrar la acción de la ópera y reflejar así la política de género más igualitaria del siglo XXI.