Los músicos que pueden pasar convincentemente de un género a otro son una especie infrecuente. Y menos común todavía es alguien como la trompetista Lucienne Renaudin Vary, que transforma arias de ópera, canciones y números de Broadway en exhibiciones de virtuosismo y ejemplos perfectos de que la trompeta puede compararse en versatilidad a la voz humana. En este álbum pone su impecable técnica al servicio de un repertorio extraordinariamente diverso. Vivaldi, Donizetti, Handel, Gershwin, Offenbach y Harold Arlen jamás se habían sentido tan cómodos juntos.