Avant l'orage: French String Trios, 1926–1939

La escena musical parisina contribuyó decisivamente a mantener la ciudad como capital mundial del arte durante los turbulentos años que transcurrieron entre las dos guerras mundiales. Los hermanos Pasquier, el violinista Jean, el violista Pierre y el violonchelista Étienne, unieron sus fuerzas hacia el final de los locos años 20 y pronto inspiraron un enorme caudal de partituras para trío de cuerda. Muchas de las piezas que estrenó el Trío Pasquier provenían de compositores autodidactas o con carreras alejadas del arte, que ignoraban las tendencias dominantes de la música clásica de la época. Junto a la ocupación nazi y el radicalismo de los años que la siguieron, quizás fuera esa la razón de que la mayoría hubieran caído en el olvido. El Black Oak Ensemble de Chicago llegó al repertorio de los Pasquier por pura casualidad. De gira en Córcega, el grupo descubrió una antigua pieza de Henri Tomasi y recorrió las bibliotecas y los archivos de Francia y otros países en busca de más. Encontraron tal cantidad de tríos de cuerda franceses de la época de entreguerras que, tras este álbum doble con el evocador título de Avant l’orage (“Antes de la tormenta”), harían falta otros dos para grabarlos todos. “Encontramos el Trio à cordes de Tomasi en una biblioteca de París, lo tocamos y nos dimos cuenta de que era una pieza fantástica”, dice David Cunliffe, violonchelista de Black Oak, a Apple Music. “Nos lanzamos a buscar otras piezas y encontramos todas estas composiciones maravillosas, la mayoría escritas para los Pasquier. Es curioso que todas vengan de un breve periodo justo antes de la Segunda Guerra Mundial. ¿Los compositores presagiaron lo que iba a ocurrir? Seguramente no, pero creo que hay algo de eso en la música”. Cunliffe, la violinista Desirée Ruhstrat y el violista Aurélien Fort Pederzoli tocaron todas las partituras que encontraron y decidieron grabar siete de las mejores. Su álbum está repleto de tesoros perdidos y revelaciones de la música de cámara. Aquí, Cunliffe nos guía por sus descubrimientos. Trio à cordes en forme de divertissement (Henri Tomasi) “Hoy Tomasi es famoso entre los músicos de metal por sus conciertos para trompeta, trombón y tuba, pero también escribió música de cámara maravillosamente lírica en el periodo de entreguerras, y puede que este trío de cuerda de 1938 sea la mejor de sus piezas. Cuesta creer que una obra así no se hubiera grabado nunca. Te atrapa nada más empezar con un tema que suena a fanfarria y parece un guiño al comienzo de la Quinta sinfonía de Beethoven. Nos enamoramos de la pieza a medida que íbamos leyendo sus cuatro movimientos, sobre todo los complejos detalles del ‘Nocturne’, pero también los enérgicos ‘Scherzo’ y ‘Final’, el cual está basado en un tema similar a ‘Les olivettes’, una canción tradicional de Provenza. Tomasi fue un buen compositor que merecería haber sido mucho más conocido”. Trío para violín, viola y violonchelo (Jean Cras) “La música formaba parte de su educación, pero Jean Cras siguió la tradición familiar y entró en la armada francesa, donde llegó a ser contralmirante y fue condecorado por su valor en la Primera Guerra Mundial. Es increíble que encontrara tiempo para componer, pero su música es de una calidad excepcional. Para mí, está a la altura de Debussy. Es imaginativa y puede ser estructuralmente compleja, pero siempre está pensada al detalle. Cada nota cuenta. Más allá de unas pocas lecciones que tomó con Henri Duparc en París, Cras era autodidacta. En sus constantes viajes, llevaba una copia del Cuarteto de cuerda, Op. 132 de Beethoven, al que rinde homenaje en el ‘Lent’ de este trío. En el mismo movimiento lento, un pasaje sublime, evoca también melodías tradicionales de su tierra bretona y termina con una giga celta”. Trío para violín, viola y violonchelo (Émile Goué) “La biografía de Goué se nos quedó en la cabeza después de Silenced Voices, nuestro primer álbum, en el que grabamos música de compositores judíos que perdieron la vida en el Holocausto. Era un matemático y un físico brillante que fue capturado por los alemanes en 1940 y pasó los cinco años siguientes como prisionero de guerra. Enfermo, murió un año después de ser repatriado. A los tres nos encanta su música. Este trío es un poco diferente a los demás. El último movimiento, una pieza que recuerda a las películas de Quentin Tarantino, fue especialmente divertido de tocar. Además, están las suntuosas armonías cromáticas del ‘Adagio’. Es un poco más ligero que las otras obras del álbum, pero creo que Goué encuentra un equilibrio perfecto. El sonido es pleno, no falta ni sobra nada”. Trio à cordes (Jean Françaix) “Este trío está entre los más famosos del siglo XX. Todo el mundo aclama el de Schoenberg, pero el que se toca más a menudo es el de Françaix. Es extremadamente rápido y complejo. La dificultad está en capturar todos los pequeños detalles. Hay tantos matices, que es casi imposible descubrirlos todos la primera vez que lo escuchas. Necesitas dos o tres escuchas para darte cuenta de lo que pasa, en parte por la rapidez de la música. Françaix sabía que los hermanos Pasquier iban a estar a la altura, claro. Lo pasamos muy bien y muy mal grabándolo. Empieza como un cohete con un primer movimiento frenético y el ‘Scherzo’, pero después llega un movimiento lento que recuerda al del Cuarteto de cuerda de Debussy y surge de un tema exquisito y emocionante. El ‘Vivo’ final está lleno de ingenio. Una maravilla”. Trio à cordes (Robert Casadesus) “Además de músicos, es maravilloso convertirnos en arqueólogos y descubrir piezas que llevan tiempo enterradas. Robert Casadesus era famoso en todo el mundo como pianista, pero poca gente sabe que también componía. Escribió muchas obras viajando en tren entre concierto y concierto, y creo que se nota en la inmediatez del primer movimiento del trío que compuso para los Pasquier y de nuevo en el scherzando en mitad del segundo, ‘Légende’. La atmósfera que crea es misteriosa y un poco inquietante. El ‘Allegro aperto’ final fue una prueba de fuego. Es extremadamente rápido, a menudo al unísono y en el poco amable tono de si mayor. ¡Tuvimos que ensayar las escalas sin parar! Es una pesadilla para cualquier músico de cuerda, pero también muy gratificante de tocar y grabar. Esta es la primera grabación de la obra y estoy muy contento de haberla redescubierto”. Suite en trío para violín, viola y violonchelo (Gustave Samazeuilh) “Tuve que tomar unas cuantas lecciones con nuestro violista francés, Aurélien, para aprender a pronunciar el apellido de Samazeuilh. Creo que ni siquiera él estaba muy seguro, pero el consenso general es que se dice ‘Sam-a-shoi’. Estudió con Vincent d’Indy en la Schola Cantorum de París, fue amigo de Debussy y se convirtió en un crítico musical influyente. Esta suite, que nunca se había grabado, empezó como una pieza de piano inspirada en las danzas barrocas francesas. La versión para cuerda es diferente a la original y suena como si estuviera escrita para trío desde el principio. La música es bastante sencilla, pero a menudo muy expresiva, por ejemplo, en la ‘Française’ y la seductora ‘Sarabande’. La ‘Musette’ es encantadora, una preciosidad maravillosamente escrita para trío, y tocar la ‘Forlane’ final es un placer absoluto”. 3 Pièces en trio (Gabriel Pierné) “Esta fue una de las últimas obras de Pierné, pero compuso muchas otras. Es famoso por haber dirigido los estrenos de El pájaro de fuego de Stravinsky e Images de Debussy. Cada verano, entre temporadas de conciertos, encontraba tiempo para componer. Escribió sus 3 Pièces para los hermanos Pasquier. En el primer movimiento, Pierné dio a cada uno de ellos, Jean, Pierre y Étienne, un tema que coincide con el número de letras de sus nombres. No es ningún truco barato y funciona muy bien. El segundo movimiento, ‘Chanson’, es una preciosa canción lenta instrumental. El movimiento final, ‘Les trois clercqs de Sainct-Nicholas’, el relato que Balzac escribió para sus Cuentos droláticos sobre tres sacerdotes opulentos (los tres clérigos de San Nicolás) que son unos auténticos estafadores. Es un cuento impúdico, algo que Pierné refleja brillantemente con la superposición de las tres voces individuales”.