Acordeón
Acerca del acordeón
El órgano es uno de los instrumentos más antiguos que conocemos, pero no fue hasta 1822 que el luthier alemán Christian Buschmann combinó su mecanismo básico con un teclado portátil y un juego de fuelles para crear el acordeón. De gran popularidad entre las masas, encontró su propio espacio en la música clásica hasta el punto de extenderse por el este de Europa y ser integrado en la Unión Soviética en el programa del Conservatorio de Kiev en 1927. Al igual que un órgano portátil, el acordeón puede tocar melodías y armonías complejas al mismo tiempo, y hoy en día, virtuosas como la letona Ksenija Sidorova deslumbran con acrobacias musicales comparables a las de cualquier pianista de renombre. Kurt Weill lo introdujo en la ópera con Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny y en tiempos recientes el músico de jazz Uri Caine lo empleó para recrear la sección de vientos en sus reinvenciones de Wagner. Aunque forma parte de la paleta orquestal moderna, sigue encontrando su espacio más natural en la intersección del jazz con la música clásica y las tradiciones folclóricas. Los tangos de Astor Piazzolla, por ejemplo, son inimaginables sin el sonido del bandoneón, el primo latinoamericano del invento de Buschmann.