Soprano

La voz soprano es la más aguda del registro vocal humano. A lo largo de la historia, las piezas escritas para sopranos fueron interpretadas por niños que aún no habían cambiado la voz y conservaban el registro conocido como tiple o, hasta el siglo XIX, por hombres adultos denominados castrati. Actualmente, la voz soprano la suele encarnar una mujer capaz de alcanzar las notas más agudas, coronando las armonías de conjuntos vocales o brillando en escena con algunos de los papeles más fascinantes de la ópera. Las sopranos de coloratura tienen la capacidad de ejecutar ágilmente las rápidas sucesiones de notas altas de célebres personajes operísticos como la protagonista de Lucia di Lammermoor de Donizetti. Su juguetona contrapartida, la soubrette, aporta un chispeante ingenio a pícaras sirvientas como la Susanna de Las bodas de Fígaro de Mozart. En el extremo opuesto se sitúa la soprano spinto, de quien cabe esperar un registro más profundo y potente, capaz de interpretar papeles de naturaleza dramática y dominante como la heroína de Aida de Verdi o la Brunilda del ciclo wagneriano El anillo del nibelungo. Este tipo de habilidades convierten a las sopranos en intérpretes excepcionalmente convincentes en el ámbito de la canción clásica. Las Cuatro últimas canciones de Richard Strauss, por ejemplo, son una popular obra que hace brillar como pocas este registro vocal.