- SELECCIÓN EDITORIAL
- 1971 · 3 piezas · 24 min
Nocturnos
Debussy terminó su suite orquestal de tres movimientos Nocturnes en 1899 y dejó en claro que no tenían relación alguna con los Nocturnos para piano de Chopin, sino con las pinturas del mismo nombre del pintor estadounidense James Whistler. “El título no pretende designar la forma usual del nocturno, sino más bien las diversas impresiones y los efectos especiales de luz que la palabra sugiere”. El primer movimiento “Nuages” (“Nubes”) contrasta secuencias de acordes de cuerdas y vientos de madera que cambian tranquilamente con una sombría figura repetida de cuatro notas, tocada por el corno inglés. Esta idea se le ocurrió a Debussy mientras estaba sobre un puente del río Sena en París un día nublado. En el brillante mundo sonoro de “Fêtes” (“Fiestas”) una banda militar, representada por la sección de metales, se aproxima desde la distancia y pasa en un resplandor de puro color orquestal. Finalmente llega “Sirènes” (“Sirenas”), en la que un coro femenino sugiere sin palabras el seductor canto de las mujeres-pájaro de la mitología griega, mientras la orquesta representa el mar circundante iluminado por la luna.