- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2009 · 3 piezas · 21 min
Concierto de Brandemburgo n.º 5 en re mayor
BWV1050
Bach hizo historia musical con su Concierto de Brandeburgo n.º 5 en re mayor, creando el primer concierto para piano de la historia. De hecho, hay tres instrumentos solistas (clavecín, flauta y violín) y dos de ellos son elecciones atrevidas para la época. En 1721, la flauta era todavía un instrumento novedoso, en gran parte no probado en Alemania. Sin embargo, fue decisión de Bach renovar al clavecín, pasándolo de un papel secundario a un papel protagónico, elección que fue verdaderamente innovadora. Por lo general, sólo improvisaba un acompañamiento armónico simple; nunca antes el clavecín había sido el centro de atención en un concierto. En el primer movimiento (“allegro”), el clavecín eclipsa gradualmente a los solos de flauta y violín a medida que avanza hacia un solo virtuoso largo (“cadenza”), que se amplió especialmente para el margrave de Brandeburgo. Bach claramente quería impresionarlo con su enfoque progresista, que también se extendía al estilo general del concierto, el más actualizado y avanzado de los seis de Brandeburgo. El movimiento medio (“affettuoso”) es una sonata íntima en trío para los solos, mientras que el final (“allegro”) es una giga incontenible en la que, a manera de fuga, todos tienen su turno con el tema principal. En años posteriores, Bach desarrolló las ideas innovadoras del Concierto de Brandeburgo n.º 5 en 13 conciertos para uno, dos, tres y cuatro clavecines. Acerca de los Conciertos de Brandeburgo de J.S. Bach Los Conciertos de Brandeburgo son la mejor solicitud de empleo jamás llenada. En 1721, Bach dedicó su partitura a Christian Ludwig, margrave de Brandeburgo, no en cumplimiento de un encargo, sino con la esperanza de abrirse paso al servicio del margrave. El título Conciertos de Brandeburgo en realidad fue inventado por el primer biógrafo de Bach en 1873, pues el propio Bach se refirió a ellos como Seis conciertos para varios instrumentos. No fueron concebidos como un conjunto ni destinados específicamente al margrave, sino que fueron escritos en su mayoría durante la época de Bach como maestro de capilla en la corte de Köthen (1717-1723). Aquí trabajó con un variado y talentoso grupo de instrumentistas que lo impulsaron a explorar el potencial del concierto, que reinventaba con cada nueva obra.