- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2020 · 4 piezas · 44 min
Trio para piano n.º 7 en si bemol mayor
En 1809, cuando Napoleón invadió Viena, el archiduque Rodolfo de Austria se vio obligado a huir. Se cree que Beethoven reflejó esta crisis junto con su alegría por el retorno del archiduque un año más tarde, en su sonata para piano Les Adieux. Poco después compuso este magnífico trío para piano (1810-1811) concebido en una escala sinfónica, como un obsequio para Rodolfo. El archiduque debe haber sido un pianista excepcional, dado que la partitura exige no sólo una técnica avanzada, sino también un talento sobresaliente para los matices y la expresividad. Pero no es únicamente una pieza de exhibición para el príncipe heredero, ya que las partes del violín y el violonchelo tienen igual peso. La relación tierna, dinámica y jocosa entre los tres instrumentos es la que le dan a este trío riqueza y vitalidad especiales. El primer movimiento combina drama y expansión lírica con una seguridad que podría ser descrita como aristocrática. Le sigue un “Scherzo” mitad juguetón y mitad siniestro que continua con un tercer movimiento singular y variado, una de las meditaciones más serenas de Beethoven. El final denota el don de Beethoven para las transiciones, pues es fantástica la manera en que nos regresa a la tierra luego de un momento de contemplación celestial.