- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2020 · 3 piezas · 35 min
Triple concierto en do mayor
Op. 56
El Triple concierto de Beethoven para violín, violonchelo, piano y orquesta fue escrito en 1804 para su mecenas, el archiduque Rudolf, que había comenzado a estudiar con el compositor un año antes. Dado que el archiduque tenía habilidades relativamente limitadas como teclista, Beethoven diseñó la parte de piano para que fuera mucho más modesta en sus exigencias técnicas que las partes solistas de violín y violonchelo, que requerían intérpretes de considerable virtuosismo. Sin embargo, en esta obra en particular, Beethoven coloca el centro de atención en el violonchelo, que introduce casi todo el material temático importante antes de que los demás instrumentos participen en el diálogo musical. Además, como las ideas se reparten entre tres solistas, la orquesta desempeña un papel más bien secundario, con la notable excepción del imponente pasaje al comienzo del amplio y expansivo primer movimiento. En cambio, el “Largo” que sigue es sorprendentemente corto y abre con una bella escritura para cuerdas apagadas con una de las melodías más expresivas de Beethoven. De hecho, apenas empieza antes de que Beethoven nos lance directamente al final en un bullicioso “Rondo alla Polacca” con una estimulante y vistosa sección central. La primera interpretación pública conocida del Triple concierto tuvo lugar en mayo de 1808 en Viena, aunque en esa ocasión fue recibido con cierta frialdad, lo cual se atribuye más a las capacidades de los primeros intérpretes que a la calidad de la obra de Beethoven.