Maurice Duruflé

Puede que la producción de Maurice Duruflé sea modesta, pero fue meticulosamente elaborada, y revela un acercamiento íntimo al ritmo libre y las melodías del canto llano gregoriano, seguramente delatando su infancia en el coro de la catedral de Rouen (nació cerca, en Louviers). Exceptuando a su profesor de composición, Paul Dukas, muchos de los mentores de Duruflé fueron grandes organistas, como Charles Tournemire, Louis Vierne y Eugène Gigout. Él también fue un gran virtuoso y ejerció de organista titular de la iglesia parisina de Saint-Étienne-du-Mont durante más de medio siglo, hasta su muerte en 1986. Completado en 1947, el Réquiem, op. 9 es una de sus mejores obras, mientras que la menos conocida Messe “Cum Jubilo” (1966) se revela como posdata brillante de los delicados Quatre Motets sur des thèmes grégoriens pour choeur a cappella, op. 10, cuatro miniaturas impregnadas de una paz beatífica.