Cuarteto de cuerdas n.º 12 en fa mayor
Dvořák compuso su Cuarteto de cuerda n.° 12 (1893), uno de los grandes clásicos del repertorio de cámara, mientras dirigía el Conservatorio Nacional de Música de la ciudad de Nueva York. Sin embargo, la partitura tiene su origen en la comunidad checa de Spillville, Iowa, donde Dvořák se embarcó en la creación del cuarteto nada más terminar su legendaria Sinfonía n.º 9, también llamada “Sinfonía del Nuevo Mundo”. Fascinado por la música del país, aprovechó su estancia en Estados Unidos para explorarla a fondo, ya que sentía debilidad por los espirituales afroamericanos, una pasión que se refleja en el que llegaría a conocerse como “Cuarteto americano”. Las influencias estadounidenses son sutiles y se encuentran sobre todo en la sencillez general de la estructura del cuarteto y en sus escalas pentatónicas, comunes tanto en el folclore norteamericano como en el de su añorada tierra natal. Los momentos que suenan más claramente estadounidenses llegan en un “Lento”que evoca la conmovedora combinación de ánimo y melancolía de los cantos afroamericanos. Además de instalarse rápidamente el canon de la música de cámara, el Cuarteto de cuerda n.° 12 sirvió de irónica llamada a la acción para que los compositores autóctonos abrazaran su herencia musical, marcando el camino que Copland y otros artistas seguirían.