Nocturno n.º 2 en mi bemol mayor
Chopin publicó sus primeros tres Nocturnos, Op. 9 en 1832, poco después de haberse trasladado a París desde su Polonia natal. El segundo y más famoso de la serie está claramente inspirado en los nocturnos de John Field, y presenta su hermosa melodía sobre un simple acompañamiento de acordes que nunca varía. La flexibilidad de la línea melódica sostenida y la estructura acumulativa de los adornos son sellos distintivos del compositor, mientras que el compás de 12/8, con los acordes de acompañamiento en grupos de tres, le confiere un ritmo de vals. Cada repetición del tema aporta un mayor grado de ornamentación, que culmina en un fortissimo arrebatador antes de extinguirse en un pianissimo final. Como buena parte de la música de Chopin, la clave para tocarlo está en un rubato sutil que permita respirar a la música sin distorsionar la línea. Acerca de los Nocturnos de Chopin A comienzos del siglo XIX, un nocturno era habitualmente una pieza vocal, a menudo para dúo, escrita para animar veladas domésticas con plácidas ensoñaciones de carácter romántico. John Field, un irlandés afincado en San Petersburgo, fue el primer compositor en llevar el género al piano, una idea que Chopin adoptó para llevarla a un nivel superior. El polaco nunca perdió de vista los orígenes vocales de la forma, y el bel canto de la ópera italiana es una influencia clave en sus 21 nocturnos, que, a diferencia de los de Field, ocupan todavía un lugar de honor en el repertorio para piano.