La canción francesa de principios del siglo XX tiene el sabor de las armonías más deliciosas y exóticas, ya sean los aromas orientales que explora Ravel o las suspirantes melodías vocales y las cuerdas que se deslizan como lágrimas sobre la mejilla con las que Debussy evoca un corazón roto. Este es un programa fabulosamente equilibrado, tanto en su repertorio como en la combinación de la voz aterciopelada de la soprano Raquel Camarinha y los dedos ágiles y precisos del pianista Yoan Héreau. El compositor menos conocido del álbum, Maurice Delage, nos lleva a una India idealizada, y todavía queda espacio para el Poulenc agridulce de “Dans l’herbe”, bella y trágica en su emocionante simplicidad.