La Ensemble K de la directora italo-brasileña Simone Menezes es una orquesta multicultural que tiene como objetivo restablecer la conexión de la música con sus raíces tradicionales. Gran parte del encanto de este álbum, que se propone celebrar los particulares “acentos” de cada una de las cinco obras que reúne, está en sus arreglos. El “Preludio a la siesta de un fauno” (“Prélude à l’Après-midi d’un faune” ) de Debussy, por ejemplo, no suena guiado por el sonido de las cuerdas y el arpa, sino el de un piano, y el efecto es maravilloso. Las “Danzas polovtsianas” (“Polovtsian Dances”) de Borodin desprenden una energía incontenible, la “Primavera de los Apalaches” (“Appalachian Spring”) de Copland suena maravillosamente vital, y el siempre encantador “Chôros No. 5” de Villa-Lobos tiene una fascinante riqueza cromática. Por último, la “Histoire sans paroles” de la francesa Sophie Lacaze emprende un viaje de exploración por los sonidos de la cultura aborigen.